Cuando fui al estadio nacional para tomar estas fotos para una comisión, recordé la época en la que yo entrenaba atletismo, o unos años antes d eso, gimnasia. Era increíble. Realmente sudar como un cerdo haciendo lo que más me gustaba, como estos chicos lo hacen con su deporte favorito: el box. Hablamos un poco con Rocío Gaspar, la "Kinita" como le dicen y con 16 años, ella ya piensa en grande, quiere ser como Malpartida, y aún llegar mucho más lejos que ella. Vive lejos, en Los Olivos, pero desde allá llega hasta el estadio para entrenar. Y de nuevo me recuerda a mí. Que desde la Videna, -donde entrenaba atletismo- a las 8 de la noche regresaba con mi hermano en un bus a mi casa en el Rímac. La rutina era: almorzar y cambiarse a la salida del colegio, ir a entrenar, y al regreso, dormir un poquito en el bus. Llegar a la casa, bañarse y hacer un poco de tareas. Para la gimnasia algo parecido: mi mamá me recogía del colegio y me llevaba en su Volkswagen escarabajo color beige, a la Videna; ahí nos estacionábamos un momento y terminaba el almuerzo que había empezado ni bien me subí al carro. Conversábamos un poco y entonces entraba, me cambiaba y entrenaba. Mi mamá se quedaba a verme y luego nos íbamos. Y yo de nuevo dormida.
Algo así me imagino la vida de estos chicos, aunque ellos ya no son tan chicos. Ojalá lleguen a lo que se proponen. Suerte
p.d. faltan unas cuantas fotos, pronto.
las kinitas
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